El té negro es uno de los más populares en todo el mundo debido no solo a su sabor sino a sus abundantes propiedades: posee antioxidantes, contiene nutrientes, minerales, vitaminas, es saciante, bajo en calorías y bueno para el estómago.
Para su fabricación se enrollan las hojas cosechadas después de marchitarse, quebrándose así las paredes de las células y ocasionando la pérdida de su líquido.
Luego se continúa con el proceso de fermentación de 35 a 40 grados Celsius, en el que las hojas, por la oxidación, se coloran con tonos que van desde un marrón rojizo hasta un negro intenso.