La particularidad que hace que el té verde sea considerado una auténtica “medicina natural” es que no es un té fermentado, por eso mantiene sus componentes prácticamente inalterados con respecto a su estado natural.
Entre sus principales y más destacadas propiedades se encuentran las de ser un poderoso antioxidante que retrasa el envejecimiento; ser depurativo (ayuda a eliminar líquidos) y muy digestivo; puede ayudar a perder peso; es rico en minerales, sodio, flúor y vitaminas A, B y C.
Todas características que refuerzan el sistema inmunológico y actúan como agentes que ayudan al cuerpo a protegerse en caso de virus o infecciones.